La originalidad hoy en día
Hoy me he pasado por un blog que hacía tiempo que no leía, el Grain de Musc (de donde saqué ese artículo tan interesante sobre la historia del almizcle).
Pues sigue tan interesante como siempre y, aunque es un artículo muy largo, me he puesto a traducir su post sobre la originalidad en perfumes.
Lo veo interesantísimo porque en unos cuantos párrafos hace una síntesis de lo que han sido los últimos treinta años en perfumería, lo que han supuesto las marcas nicho y la falta de originalidad que abunda hoy en día en la mayoría de las marcas. De verdad que es interesante. Ahí va:
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"SÍ, ¿PERO ES ORIGINAL?" del blog Grain de Musc (27 de julio de 2008)
El otro día uno de los lectores que respondió a mi post sobre Serge Noire de Serge Lutens, Billy D. (¡Hola Billy) me preguntó si la fragancia era original, innovadora.
El comentario me hizo pensar. ¿Era Serge Noire original? Si nunca has olido un Serge Lutens puede que lo creas. ¿Pero en general? No. No porque el equipo Lutens-Sheldrake se haya dormido en los laureles, sino porque, en muchas maneras, ellos ya han escrito una buena parte del libro de la originalidad en perfumería nicho, han generado escuelas de seguidores y han elevado el listón para ellos mismos a tal nivel que dudo que realmente puedan volver a sorprendernos. O que tengan la necesidad de hacerlo.
"Al principio, decían que los Serge Lutens eran bases, no perfumes".
En el mundo de los acordes abstractos que dominaban la alta perfumería hasta finales de los años 90, Lutens y Sheldrake estaban entre los pioneros que simplificaron el proceso centrándose en las características particulares de los materiales y emitiendo una luz nueva en ellos, agravando una faceta (el alcanfor mentolado en la salida de Tubéreuse Criminelle, la punzada animal de Muscs Koublai Khan, la riqueza de Ambre Sultan...), desvelando la belleza de un acorde (la violeta y el cedro de Bois de Violette, el azahar y el comino de Fleurs d'Orager, la mirra y los aldéhidos de La Myrrhe), o distinguiéndolos con su base "sello de marca" de especias y maderas (Cuir Mauresque, Vétiver Oriental...).
Cuando salió la linea de Lutens Palais-Royal, se dijo que eran bases (mini perfumes que la clásica perfumería francesa usa como trampolín para componer perfumes abstractos) más que composiciones ya completas. Hoy en día, utilizar la belleza de un material dado como trampolín para crear una fragancia está ya tan aceptado (sino mirad toda la colección Hermessence o la línea Armani Privé), que ya es casi un tópico.
"¿Pudo Mûre et Musc de L'Artisan ser la matriz del estilo minimalista?"
L'Artisan Parfumeur fue también pionero en su aproximación original a los "soliflores" a finales de los años 70 (Vanilia, Patchouli, L'Eau d'Ambre...), que eran una forma más refinada de perfumes tipo "headshop" (tiendas de tabaco y perfumes artesanales) de la década anterior, antes de tropezar con el brillantemente simple acorde de mora y almizcle de Mûre et Musc (1978). En cierto modo, Mûre et Musc contenía la semilla del principio de la minimalista línea Hermessence (Osmanthus + té verde, vetiver + haba tonca, lavanda + regaliz).
L'Artisan continuó produciendo fragancias basadas en lugares y viajes (La Haie Fleurie du Hameau, L'Eau du
Navigateur...). ¿Y qué es la serie de los Jardines de Hermès sino una extensión de esa idea?
El recientemente resucitado IUNX de Olivia Giacobetti llevó la idea un paso más lejos con pociones realmente inusuales: inusuales en sus acordes, pero especialmente en sus texturas etéreas y neblinosas.
Es interesante apuntar que tanto Jean-Claude Ellena como Giacobetti trabajaron para L'Artisan, cuyas rompedoras aproximaciones algunas veces tienden a ser pasadas por alto en esta avalancha de nuevos nichos.
"¿Pero cómo de lejos puedes ir antes de tropezar con lo "inllevable"?"
La línea de perfumes de Comme des Garçons unió el rigor conceptual de las colecciones vanguardistas de Rei Kawakubo con composiciones lánguidas y minimalistas, obviamente sintéticas y abstractas como Odeur 53 y 71, que te desafiaban con su olor (y no parecía importarles el no gustar). Sus series como Red, Incense, Sherbet y Synthetic, enturbiaban los límites entre lo natural y lo sintético, la representación fotorealista y la composición. Sus últimas series, presentando perfumes como Tar, Garage y Skaï, que no son necesariamente desagradables en sí mismos, cuestionan los límites de lo que estamos dispuestos a ponernos en la piel.
La última frontera de la originalidad recae en la marca nicho francesa creada en 2006, État Libre d'Orange, con sus novedosos acordes de incienso y chicle, jazmín y cigarrillos, rosa y sangre y, el más desafiante de todos, Sécretions Magnifiques. Al menos eso tienes que reconocerles: sorprenden. Pero un perfume que da tanto de qué hablar como Sécretions Magnifiques realmente marca el límite de la originalidad en perfumería: un grito ensordecedor en un mercado demasiado lleno. Es "inllevable" para todo el mundo excepto para un pequeño escuadrón de fans (sí, existen, y vuelven a por más).
El punto de partida es que un perfume debe ser ponible al menos para unos miles de personas para poder ser producido (quizá no tanta gente para un perfumista hiper-mega nicho que los produzca en su hogar).
Incluso los que no se comprometen, como Lutens, o editores como Frédéric Malle que da total libertad a sus perfumistas, quieren conseguir un efecto placentero. Con la posible excepción de alguien como Christopher Brosius,(cuyos perfumes de la marca CB I Hate Perfume a veces parecen pequeños recuerdos olfativos encapsulados más que perfumes creados para ser llevados), un perfumista realmente lo que quiere por encima de todo es que su creación pueda llevarse, bien aplicada ligeramente con el tapón, bien pulverizada, y amada hasta la última gota.
"La originalidad no ha sido siempre dominio particular de lo nicho".
Desde Chanel No.5 a Mitsouko, Bandit, Eau Sauvage, Opium, Angel, L'Eau d'Issey, L'Eau Parfumée au Thé Vert o Bulgari Black, históricamente, fueron casi siempre las grandes marcas las que ofrecían innovaciones radicales, quizá porque tenían dinero para pagar el tiempo que fuera necesario a un perfumista para que las creara.
Por supuesto, todos nos hemos quejado estos últimos dos años del tsunami floral-frutal, de la omnipresencia de notas y acordes ya quemados (pimienta rosa, pachuli y rosa, almizcles limpios...) nacidos de la presión del mercado para complacer al máximo número de consumidores con lanzamientos Kleenex que nunca tuvieron la intención de durar ni hacer historia. Todos hemos vuelto la mirada hacia las marcas nicho en busca de visiones inusuales, sorpresas olfativas e ingredientes de alta calidad.
Pero ahora también estamos siendo arrastrados por el tsunami-nicho: las marcas nuevas parecen multiplicarse de golpe como hacían los Gremlins con el agua después de medianoche, tan rápido que ni siquiera los fans más entregados tienen tiempo o piel para estar al día. Algunos son agradables, otros son aburridos, algunos son derivados, otros son tan bellos que nos cortan la respiración... ¿pero originales?
Onda de Vero Kern, la última fragancia nicho que me hizo maravillarme, me recuerda a Djedi de Guerlain (incluso Vero está de acuerdo en que hay similitudes, aunque dice que no las vio hasta que un cliente le envió una muestra del mítico Guerlain). Puede que haya tropezado con la misma solución a la que llegó Jacques Guerlain cuando estaba trabajando el vetiver y el cuero. Al menos Vero Kern es consciente de la historia de la perfumería: lo mismo no puede decirse de todos los perfumistas, incluso en los grandes laboratorios. Por regla general los perfumistas independientes como Vero están más versados en historia perfumística que la mayoría de los profesionales. Supongo que ella está buscando belleza más que intentando sorprender con acordes inusuales. Puede que la palabra clave aquí no sea "originalidad"...
"¿Los nuevos sintéticos revolucionarán la perfumería?"
Llegados a este punto me pregunto si se necesita ser un experto perfumista o alguien con el entrenamiento químico y el conocimiento enciclopédico de Luca Turin, para realmente ser sorprendido por la estructura de una nueva composición: "Hey, ¡han resaltado el di-mexyl-octane-stinkalate con el supercrítico CO2 extraído de Osmanthus!".
¿Podrán las hazañas químicas y las nuevas moléculas hacer progresar el arte de la perfumería? Según Luca, el mayor desafío ahora es crear sintéticos con las mismas propiedades que las sustancias naturales prohibidas o restringidas.
Lo que me sorprendería hoy realmente es que Mitsouko volviera a ser como era. Pero eso no va a ocurrir.
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Ver también
¡hola laura!
Ciertamente hay una gran falta de originalidad ahora mismo en perfumería comercial, pero tampoco hay que llegar a ser tan extremadamente originales como État Libre d'Orange, porque realmente su Sécretions Magnifiques doy fe de que es un monstruo "inllevable" (aunque a mi novio no le desagrada, qué cosas...).
Lo que sí es cierto es que se respira un aire de aburrimiento, hastío, cansancio, indiferencia, en la esfera de los amantes del perfume, por lo menos por lo que yo leo en los blogs. Cuando hacen sus rutas para oler cosas siempre vuelven con la misma sensación de que pocos perfumes les han interesado. Y como dice el artículo, han ido girando hacia el mundo nicho en busca de la originalidad y la calidad que falta en lo comercial. Pero claro, cuidadito con las marcas nicho porque se están multiplicando, cada vez hay más, y al final las ideas también pueden agotarse para ellos.
Yo lo que creo es que en perfumes pasa como en todo, hay rachas, y modas. Pasa en literatura, pasa en cine, pasa en música... Pero siempre hay que confiar en la llegada de nuevos genios que impulsen el arte y lo hagan llegar un paso más allá.
¡Besitos!
A vueltas con la originalidad
En el blog Perfume Shrine han abordado exactamente el mismo tema que en Grain de Musc. Se pusieron de acuerdo para hablar sobre la originalidad el mismo día, y generar quizá un debate entre los aficionados.
Este es el artículo de Perfume Shrine (http://perfumeshrine.blogspot.com):
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SÍ, ¿PERO ES ORIGINAL?, del blog Perfume Shrine (28 de julio de 2008)
" La novedad está en la mente del artista que crea
y no en el objeto que representa. [...] Lo que mueve
a los hombres de ingenio, o más bien, lo que inspira
su trabajo, no son las nuevas ideas, sino su obsesión
con pensar que lo que ya se ha hecho no es suficiente".
(Eugene Delacroix, 14 de mayo de 1824)
Con este aforismo en mente, el pasado fin de semana estaba pensando si la perfumería aún posee originalidad. La originalidad en el arte se manifiesta tanto en la elección del tema a abordar como en el estilo (técnica). El hecho de que la perfumería es una forma de arte es indudable para mí, ya que he pasado varios años preguntándome qué constituye el arte en perfumería y qué no. También había reflexionado si el post-modernismo influyó a los perfumistas.
Todos estos pensamientos fueron retomados tras un comentario en el blog de Denyse, Grain de Musc, y decidimos trabajar juntas para discutir este tema hoy (os recomiendo leer también sus pensamientos): el nuevo Serge Noire de Serge Lutens es genial. "Sí, ¿pero es original?", preguntó Billy D.
En el libro "The Thought Gang" del autor británico Tibor Fisher, se dice que todas las ideas fueron ya cubiertas por los griegos hace mucho tiempo y que nosotros simplemente repetimos las que han sido colectivamente olvidadas. Esta es la adivinanza del artista: "No miraré lo que ha venido antes, no iré a galerías y museos, no leeré o hablaré con artistas, y sólo así podré ser original". ¿Es posible?
La originalidad en los perfumes parece algo inalcanzable hoy en día, quizá porque Serge Lutens ha sido muy instrumental en la creación de composiciones originales, y la perfumería nicho en general, poniendo el nivel muy alto para los demás y para sí mismo.
Sin embargo las primeras líneas nicho fueron probablemente L'Artisan Parfumeur, fundada por Jean François Laporte, y Diptyque de Yves Coueslant y Desmont Knox Leet. Los primeros empezaron sacando composiciones más ligeras que las marcas comerciales, inspiradas en la naturaleza y centrándose en ingredientes olvidados o completamente nuevos (Mûre et Musc, L'eau du Navigateur, Prémier Figuier, Vanilia, Bois Farine...). Los segundos, recorriendo los paisajes más pintorescos de Grecia, llevando a cabo composiciones intensamente inusuales como la herbal L'eau Trois, las extrañas bestias que son L'eau Lente o L'Autre, inspirados por descripciones históricas de los tiempos de Alejandro Magno, cuando esos conceptos eran la Última Thule*.
Pero fue Lutens quien envolvió su arte con la prestidigitación, un toque de estética japonesa y la opulenta tradición del mundo árabe. El boom de internet hizo que esta pequeña y elitista línea de exquisitas y únicas fragancias se convirtiera en un fenómeno de culto, haciendo que otros decidieran sumergirse también en la piscina nicho. Algunos de ellos, como Les éditions des Parfums Frédéric Malle, tenían idas originales: Frédéric Malle actúa como si fuera un editor de libros para un grupo de autores-perfumistas que crean lo que quieren sin restricciones comerciales. Algunas otras marcas se aprovecharon de nuevas perfumerías como Aedes, Luckyscent y First in Fragance para lanzar sus propios paradigmas de originalidad.
¿Quién compraba todos esos perfumes?
"Algunos piden elogios a sus compañeros,
pero siendo yo de otra manera
compuse curvas
y amarillos, ángulos o silencios
con una finalidad menos cautelosa"
Así subrayaba E.E.Cummings (poeta, pintor y ensayista estadounidense) su deseo de apartarse de la senda marcada en 1926. Más o menos así pensaba el público al que se dirigió Serge Lutens en su incursión en Les Salons du Palais Royal de Shiseido en 1992. Recuerdo un artículo de Susan Irvine de la Vogue británica a mediados de los 90, en la que citaba a alguien que no quería salir a cenar y notar que la camarera llevara su mismo perfume, ¡y que por eso se metió en lo nicho! Parecía una corriente elitista y snob. Y aunque siempre he sido una amante del perfume, cuando me metí por primera vez en el boom de los blogs perfumísticos en 2005 recuerdo que me sorprendió muchísimo que una fragancia, cuanto más extraña fuera, más devotos fans tenía. Era como si hubiera una regla no escrita que indicara la medida de la sofisticación, midiéndolo en cuántos susurros confundidos y cejas arqueadas producía un perfume entre los no-iniciados. ¡El sello distintivo de un perfume de culto, si es que lo hay!
"¡Ohhhh! ¡Una nota como de polvo sobre una bombilla!". Era palpable la excitación colectiva cuando leíamos las notas de Odeur 53 de Comme des garçons. ¿Qué fue del axioma de Guy Robert sobre que una fragancia debía ser agradable?
Otras veces era la búsqueda de lo escaso, la caza de una perla, una fragancia olvidada por el tiempo, meros posos al fondo de un frasco abandonado y escondido en el ático de alguien, subastado a precios exorbitantes.
Pronto las marcas comenzaron a sacar fragancias que, o resucitaban como el Fénix de sus cenizas (por ejemplo Guerlain, Lancôme...), o estaban basadas en conceptos provocativos o extravagantes (por ejemplo État libre d'Orange, Le Labo, By Killian...).
Y en algún lugar en medio de todo eso, de miles de marcas sacando el Ambre número 174 o el Cuir 48, y de narices descubriendo acordes de bizcochos pequeños (como si los grandes olieran diferente), al final nos hastiamos. La emoción del descubrimiento se había acabado. ¿Eran las marcas nicho las que habían dejado de ser creativas o éramos nosotros los que habíamos cambiado? Yo pienso que fue un poquito de todo. Los lanzamientos, tanto comerciales como nicho, se multiplicaron por 50 en la última década, lo que significa que era imposible en términos de tiempo e ingenio el dar con algo novedoso. También, cuando uno se dedica más a probar muestras que a rotar unos cuantos perfumes favoritos (que es lo que ocurre a menudo con los que escriben sobre perfume y con los entusiastas como nosotros), el cansancio se va acumulando. Es como si supiéramos lo que vamos a oler antes de olerlo, como si supiéramos lo que vamos a leer antes de poner los ojos sobre el texto promocional, y como si nos diera pereza ir a buscar las novedades. Hay hastío y aburrimiento. ¿Es significativo? ¿Sufrirá la perfumería de esta pérdida de interés? Probablemente no, a juzgar por las nuevas empresas creciendo como setas día tras día, o por los nuevos seguidores golpeando a las puertas de Aedes, ansionsos por oler la última novedad de esta o aquélla marca.
John Sloan escribió en "Gist of Art" en 1939:
"A veces es mejor contar algo nuevo con una vieja técnica, porque el 99% de la gente sólo se fija en la técnica. Glackens tuvo el coraje de usar la versión de Renoir de la ténica de Rubens y encontró algo nuevo que decir con ella. Cezanne puede que intentara pintar como El Greco, pero no podía evitar hacer Cézannes. Nunca tuvo que preocuparse por ser original. Que no os asuste pedir prestado. Los hombres grandes, los más originales, copiaron de todo el mundo. Mirad a Shakespeare y a Rembrandt. Ellos siguieron la técnica tradicional y crearon nuevas imágenes con el poder de su imaginación y comprensión humana. Los hombres pequeños se limitan a copiar a una persona. Asimilad todo lo que podais de la tradición y luego contad las cosas a vuestra manera. Hay tantas formas de dibujar como formas de pensar y cosas que pensar".
Un pensamiento que merece ser tenido en cuenta por los perfumistas y directores de arte de las marcas de perfume. ¡Y por nosotros mismos también!
* Última Thule en la geografía romana y medieval puede denotar cualquier lugar distante situado más allá de las
"fronteras del mundo conocido". (Wikipedia)
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