Otra crítica del blog francés Poivre Bleu, y en esta ocasión se la dedico a mi paisana Lauramademoiselle por razones obvias jejeje
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CHANEL: COCO MADEMOISELLE, del blog Poivre Bleu (23 de junio de 2008)
Hoy era el día perfecto para un perfume "camiseta". Un bonito día apenas nublado, una ligera brisa que pasa volando entre tus piernas, un par de sandalias y tu camiseta blanca. El conjunto perfumado con Coco Mademoiselle. Concebido en 2001 por Jaques Polge, marcó el debut de un nuevo tipo de construcción olfativa: los nuevos chipres.
En efecto, obligados por la reglamentación europea de restringir, o sea anular, la utilización de la corteza del roble en las composiciones chipre, los perfumistas han tenido que adaptarse para reencontrar la sensación de materia fresca y aérea, luego densa y terrosa, de los perfumes chipre. Supongo que han podido encontrar un sustituto sintético, o simplemente que el acorde bergamota-rosa-vétiver-pachuli ha seguido los pasos del clásico bergamota-rosa-corteza de roble-pachuli. Este nuevo tipo de construcción ha sido retomado claramente en Narciso Rodríguez for Her, Agent Provocateur, Liaisons Dangereuses de By Kilian, pero también en Chanel con Chance que saldría dos años más tarde. Chance es por cierto, y en mi opinión, más logrado que su hermana mayor, con notas son más suaves y menos angulosas.
El abandono de la corteza de roble (estamos todos desolados) da un poco menos de profundidad a las creaciones chipres. Sin embargo, este inconveniente ha permitido también aligerar la composición y hacerla más luminosa como ocurre en este caso. Combinado con una poderosa dosis de almizcle blanco, el perfume está presente pero en un aspecto suave y redondeado. Coco Mademoiselle es la ilustración perfecta del perfume que gusta echarse después de la ducha, el que os da la sensación de quedar limpio aún después de vestirse. La publicidad reciente con Keira Knightley ilustra bastante mal lo que yo siento cuando me lo pongo. Es verdad, como muchas creaciones Chanel, Coco Mademoiselle no está ahí para pasar desapercibido y hacerse el tímido, pero yo le encuentro una sencillez y una frescura suave que no concuerdan con los atributos de la noche. Lo que a mí me transmite es la sensación de sentirse cómodo con este perfume, como con una camiseta.
Quizá hay que reprocharle ser un poco demasiado llevado por las chicas jóvenes de buena familia, de barrios bonitos, que llevan colgando del brazo bolsos demasiado caros para el común de los mortales y que se perfuman con un Chanel. Pero ese es el precio del confort. Su éxito es, en cualquier caso, incontestable. No se si la vocación desde un principio fue sólo la de ser un derivado de Coco. Si es así, es realmente el derivado más rentable que haya sido lanzado en los últimos años, en los que la gama de productos derivados se ha extendido tanto. Es un perfume en el que la modernidad es positiva y que me hace esperar aún cosas más bellas de la perfumería enfocada al gran público.
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