Laser para eliminar Tatuajes
LASER PARA ELIMINAR TATUAJES
En los últimos años, especialmente en los jóvenes, ha surgido con fuerza la moda de decorar el cuerpo con tatuajes de distintos tamaños, formas y colores, que adornan brazos, espaldas u otras regiones corporales. Pero de la misma forma, también son cada vez más las personas que años después de su realización, por motivos personales, sociales o laborales se arrepienten y tienen la necesidad de quitarlos. Varios estudios demuestran que más del 50 % de las personas con tatuajes se arrepienten en algún momento de su vida de habérselo hecho y desearían hacerlo desaparecer de su piel.
Los tatuajes normalmente son deseados y por ello lo conveniente es buscar buenos profesionales que realicen el trabajo con las óptimas garantías sanitarias. Pero también existen tatuajes no deseados, debidos a accidentes o traumatismos que producen la introducción de partículas de carbón, alquitrán o de asfalto en la piel, normalmente tras una caída, un accidente o el estallido de pólvora. Todos los tatuajes son depósitos en la piel de pigmentos tipo: carbón o tinta china, oxido de titanio, oxido de hierro y materiales orgánico-metálicos diversos.
A la hora de eliminar un tatuaje es imprescindible ponerse en las manos de buenos profesionales como la de un dermatólogo. Hasta no hace pocos años, los dermatólogos han intentado los más diversos métodos para eliminar los tatuajes: extirpación quirúrgica, aplicación de ácidos, calor o frío o abrasión
con una máquina fresadora de uso médico o simplemente con papel de lija. Todos ellos dejaban una cicatriz más o menos visible, por no solo se actuaba sobre el pigmento sino también sobre la piel sana de alrededor.
En la actualidad el procedimiento de elección es el láser llamado LASER Q-SWITCHED (sobre todo el que utiliza varias longitudes de onda como el LASER SPECTRA VRM II: Neodimio-Yag a 1064, 532, 650 y 585 nanómetros). Este láser supone un gran avance en el tratamiento para la eliminación definitiva de los tatuajes, con unos resultados muy satisfactorios y espectaculares, que en la gran mayoría de casos suponen la desaparición total del tatuaje.
Este tipo de láser tiene la gran virtud de emitir gran cantidad de energía lumínica, en un periodo de tiempo muy breve (fracciones de segundo), con lo que penetra en la piel como si fuera transparente, sin dañarla, y tras colisionar con las partículas de tinta que colorean el tatuaje estas son destruidas por rotura en pequeños trozos y por acumulación de calor. Las partículas de tinta alcanzan varios cientos de grados centígrados de temperatura y, literalmente, estallan, disgregándose en la piel para poder ser eliminados más fácilmente. El resto de la piel queda indemne. El resto de láser que existen en el mercado (luces pulsada,) no pueden realizar esta acción tan concreta.
Los tatuajes profesionales y de color negro son los tatuajes que más fácil van a responder al tratamiento láser. Los tatuajes multicolores y los tatuajes no profesionales son los más difíciles de tratar dada la composición de los pigmentos utilizados (en la mayoría de casos mezclas de elementos metálicos con pigmentos orgánicos) y requieren mayor número de sesiones.
Consideraciones a tener en cuenta durante el tratamiento:
Pueden ser necesarias varias sesiones. La duración del tratamiento viene condicionado por las características del tatuaje. Sobre todo por su color, cantidad de pigmento y la profundidad del mismo. Como no se puede conocer con exactitud la cantidad y su profundidad, resulta imposible a priori predeterminar la duración del tratamiento.
Las sesiones se realizan con intervalos de una 6-8 semanas y duran de 15 a 30 minutos.
Se utiliza anestesia local.
Inmediatamente después de la exposición al láser, la piel adquiere una tonalidad blanquecina e inflamada, para tornarse a los pocos minutos en un tono rojizo o sanguinolento, que desaparece a los 30- 60 minutos. Después de 6 a 7 días aparecen costras que irán cayendo poco a poco, hasta los 10 a 12 días momento este que empieza a observarse un aclarado de la densidad del tatuaje.
Los efectos secundarios son mínimos. Mut raramente, puede existir un pequeño riesgo de cambio de textura en la piel de la zona tratada, o una despigmentación.
Es importante que el paciente sea consciente, que la eliminación de un tatuaje requiere el criterio de un médico experto y el soporte de una tecnología muy específica que no existe en todos los centros
Esteticista Titulada en Imagen Personal Decorativa / Tecnica en Laser
adrianagranier@hotmail.com