Harta del autoestima baja

Yo te entiendo, amiga Desgraciadamente hay muchas personas que tienen problemas con la piel y el cabello. No te fijes mejor en eso, trata de pesar en las cosas buenas. Si dices que trabajas y estudias, entonces probablemente te gusta lo que estás haciendo. Piensa cómo puedes mejorar en tu trabajo para salir más adelante y qué tienes que hacer para ser la mejor estudiante. Eso te va a atydar mucho en el futuro. Y en realidad, todos somos imperfectos, tanto los hombres como las mujeres. Pero eso no significa que seas fea o que nadie te vaya a amar. De gustos no hay nada escrtito, hay hombres que se casan con las mujeres bien gorditas que desde la primera vista no se ven atractivas pero tienen otras cosas buenas que le atraen a uno. Yo, por ejemplo, desde los 8 años sufro de una enfermedad que se llama hyperhidrosis. Casi siempre me sudan las manos. Y yo estudié música, tocaba el piano. Nadie se puede imaginar qué es tocar el piano con las manos húmedas, con los dedos que se deslizan por el teclado. Pero de todas formas, lo aprendí y lo hacía muy bien. Me sentía mal al pensar que nunca me iba a casar y que nadie me iba a amar y que nadie me iba a respetar. Pero en la realidad todo salió bien. Tengo un esposo que me ama mucho a pesar de todo, tengo mis amigos a quien no les importa mi problema, les interesa más bien mi personalidad. Así que es mejor no complicarse mucho la vida y hacer bien lo que puedes hacer bien y amarte a ti misma así como eres. Todo se va a arreglar, estoy segura de eso!

Mira, yo soy una "muñequita mona." Traducido: que tengo 20 años y hay niñas de últ imo de primaria que parecen más mujeres que yo. Caigo en gracia por eso, por "muñequita", pero la gracia se acaba ahí. Mi prima de 13 años tiene más tetas que yo, por ejemplo. He salido a mi abuela, que fue toda su vida una mujer menudita. Ya te puedes imaginar el complejo que llevaba yo, viendo cómo todas mis amigas desarrollaban y yo seguía pareciendo una cría.

"Me salvó la vida" una tía mía a los 16. Estaba yo pasando el finde en su casa, me pilló al salir de la bañera, me hizo quitarme el albornoz delante de un espejo de cuerpo entero y así en pelotillas me dijo: "A ver, niña: esto es lo que hay, has salido así, igual que tu abuela. Tienes dos opciones: o seguir llorando por las esquinas toda la vida, o aprovechar lo que tienes. No hay más. Tú misma."

Oye, pues a mí me funcionó. Me salió una especie de "qué coño, tiene razón" y a partir de ahí empecé a desacomplejarme. De hecho podría incluso haberme operado las tetas y no me las he operado: al que no le gusten, que no mire, y un idiota superficial que me quito de encima. Lo cuento por si le sirve a alguien más.