Como he dicho en el post de mi ruta de ayer, estuve probando en perfumería Julia los perfumes de Annayaké, de los cuales ya conocía Hanami (primavera) y, aunque la primera vez que lo probé (en papel) me gustó mucho, el día que me lo puse en la piel no combinó conmigo nada bien. El caso es que estaba deseando que llegaran los perfumes de las otras tres estaciones, y por fín ayer los pude probar. Y me enamoré de Tsukimi (Otoño). No se si será un enamoramiento pasajero, un engaño, o algo más fuerte, pero lo cierto es que desde el momento en el que lo eché en el papel algo en mi cabeza dijo "esto es lo que estaba necesitando". Así que, tras probar el de verano y el de invierno, decidí probar con Tsukimi en mi piel y... me encantó. Me volví a casa oliéndome sin parar ese perfume amaderado y especiado pero suave, con un punto dulce pero nada que ver con el dulce de los perfumes-golosina. Era casi como un Serge Lutens, pero 80 euros más barato jejeje
Sólo le encontré un defectillo, y es que el olor no es muy perceptible en la distancia, pero como perfume digamos para la intimidad de uno mismo y sus seres cercanos, lo veo perfecto.
He traducido el comentario de Divina del blog Fragance Bouquet, que también está enamorada de este perfume y es su favorito para el otoño:
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Tsukimi de Annayaké (por Divina para el blog Fragance Bouquet, el 24 de mayo de 2007)
La tercera fragancia en el cuarteto de perfumes estacionales de Annayaké, Tsukimi, significa Moon Viewing (El que ve la Luna o Viendo la Luna). Encarna al espíritu del otoño y representa a una mujer radiante, devota de la tradición y de la familia. Esta caracterización puede que suene un poco arcaica para las sociedades occidentales e individualistas, pero ciertamente no es así en una cultura colectivista como la japonesa. Seguir las tradiciones, especialmente las tradiciones japonesas, es una gran virtud, y así será una mujer reverenciada, como una flor preciosa que nunca debe ser mancillada, corrompida por elementos impuros. Será el más precioso rayo de luz, buscado como si fuera una joya incandescente y rara. Es la mujer con la habilidad mágica de sacar lo mejor del más despreciable de los hombres, ella es quien le redime. Su resplandor es una primavera eterna. Todo lo que entre en contacto con ella será bendecido por su virtud y belleza, y brillará más fuerte cada vez que esté en presencia de su constante y pura amabilidad.
Annayaké coloca a esta mujer en el momento de la Luna de Cosecha (alrededor del 23 de septiembre). Ver la Luna, igual que Hanami, (ver las flores) es una tradición que se originó en China y fue abrazada por la corte japonesa inicialmente, antes de extenderse a las masas durante la era Edo. Es el momento del año en el que los granjeros cosechan los últimos cereales y dan las gracias a la luna. Es el momento del año para reunirse con la familia, amigos y seres queridos para admirar la belleza de la luna, poner ofrendas de temporada cerca de una ventana iluminada por la luz de la luna y celebrar la solidaridad bajo los plateados rayos. La mujer Tsukimi irá a encontrarse con su amado en una colina, para cogerle la mano, para bañarse con la luz de la luna junto a él, bajo el cielo estrellado. Ella será la dicha de su familia, un emblema de la continuación de la tradición. Una tradición que quizá, tristemente, se esté desvaneciendo poco a poco.
Tsukimi me recuerda mucho a Féminité du Bois de Shisheido, lo cual no es sorprendente teniendo en cuenta que comparten un montón de notas. Pero habiendo olido Tsukimi, ahora Féminité du Bois casi me parece agresivo y áspero.
Las notas de cabeza de Tsukimi, cítricas, vuelan rápidamente y desaparecen dejando la piel envuelta en un velo intensamente amaderado y ambarino de fragancia. También está ahí el intenso olor del encantador, ahumado incienso, haciendo la experiencia mucho más interesante. Aviso a quienes odien el comino, ya que es la nota que interpreta el papel principal en este perfume. Se mezcla maravillosamente con la canela, el girasol, la violeta y las maderas preciosas, de forma que me hace pensar en finos y viscosos aceites de unción. A pesar de las notas intensas, el sentimiento global de Tsukimi es el de una dulzura tranquila, cálida, efusivamente grácil y profundamente nostálgica.
Permanece relativamente cerca de la piel, haciendo que se emane un aura suavemente perfumada, como el cuerpo dorado de un santo, manando mirra.
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