La tarde es corta, cierra la noche. Durante todo el día te entrenas diciéndote : "Ahhh!!no pasa nada. Esto es pan comido. Total, no es la primera vez pues el año pasado ya me ocurrió, y lo superé. Y este...pues igual. ¡Faltaría mas!.
Pasan las horas...¿ves?, ya son las...(¡que importa!). Si ya empieza a suceder lo inevitable...y es que se pone en marcha el motor de los sentimientos
¿Y si me llamara alguien para felicitarme?. Alguien lo hará, digo yo.
Si alguien llamara a mi puerta, pues claro...seria un amigo y lo invitaría a pasar para hablar un momento con ese acento que todos usamos estos días ; ese que nos hace ser más buenos con los demás y que estamos deseosos de utilizar para demostrar que efectivamente..."somos muy buenos". ¡Pero no!...tampoco sucede.
Cierra más la noche...y se el abre mas .el corazón. Empiezas a sentir que algo te molesta en la garganta, ya que esta se pone como tensa,...agarrotada. Ya que empiezas a tragar con dificultad...ese sabor amargo que de pronto se manifiesta en la boca y que va aumentando poco a poco y que tu no controlas...porque no puedes...porque ya se ha despertado un torrente de sensaciones dentro de ti : de añoranza, de recuerdos, de desconsuelo, de injusticias, de no entender porque, mientras y de una manera involuntaria, te dejas llevar al rincón de los recuerdos.
Y de pronto te encuentras en tus manos con ese álbum de ellos. "Sobre todo, de ellos" y que abrazas con fuerza sobre tu corazón. Que son como el diario que sin tener nada escrito hace que recuerdes, paso a paso, todos aquellos momentos más importantes de nuestra vida. Cuando esta transcurría como efectivamente hemos elegido....
Permaneces sentada, en silencio, de vez en cuando paras (normal) pues ves que no ves...¿¡o es que las lagrimas no cuentan!?. Ya lo creo que si...y mucho, pues en ese momento te inundan, no te dejan ver. Por fuera, claro, ya que por dentro solo no ve el que no ama.
Y llegan a la boca con su inconfundible sabor. Casi siempre a dolor, desamor, incomprensión, olvido... Y quieres segur mirando, pero ya no puedes, pues la garganta está como atenazada por una garra que, con fuerza, te ahoga ayudada por ese ruido que produce el silencio de la noche, ya cerrada al máximo. Roto a veces por el suave roce que produce el paso del suave viento como queriéndote hacer compañía, en tu Vieja Noche".
Y que esta transcurre sin intervalos. Y en su transcurrir...sigues. Llegas a pensar...¡Cuánto daría por una llamada de uno de mis más queridos recuerdos!
Aun puede ocurrir, aun le quedan horas a "la vieja noche". Aunque sé sin duda desde lo más profundo de mi alma que NO VA A OCURRIR.
Y...no ocurre. Pero esa ilusión no se pierde...aunque esté perdida de antemano.
Mientras, la noche empieza a abrir sus puertas al día. Y el alma rendida de mucho querer, se encoge en el pecho henchida de amor y herida por el dolor que produce el olvido de tus más amados recuerdos. Y extenuada...deliras pensando: Tenia razón...no pasó nada. Todo fue bien en.." mi vieja noche"
