Este perfume está descatalogado pero se que es uno de los más queridos por la gente, y que se le echa de menos. Yo nunca lo he probado.
He visto esta bonita y nostálgica crítica en el blog Perfume-Smellin'Things y la traduzco:
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"¿Recordais el principio de la película "Meet Joe Black", cuando una voz dice "sí, sí", como si respondiera una pregunta sin respuesta de William Parrish? Yo también he escuchado una voz como esa, algunas veces susurra "sí", y otras veces "no". Mi pregunta es probablemente diferente de la de Mr. Parrish. Yo quiero saber si es cierto lo que dicen de que nunca puedes volver a casa. Dicen que no será la misma casa, ni serás el mismo tú. Porque la vida debe ser un movimiento hacia adelante, no un retroceso. ¿Pero y si estás listo para hacer las paces con los cambios? ¿No puede ser que algunas veces regresar sea avanzar?
Os estareis preguntando, y con razón, qué tiene que ver toda esta búsqueda del alma con los perfumes. Bien, he estado reencontrándome con un montón de antiguos favoritos que nunca creí que sería capaz de amar otra vez. El último bastión por derribar era Sotto Voce de Laura Biagiotti (la joya de 1996), ahora inexcusablemente descatalogado. Yo llevé este perfume durante los años más difíciles de mi vida hasta el momento, y acabé asociándolo con tantos momentos en los que tuve roto el corazón que no me he atrevido a olerlo durante casi una década.
Lo recordaba como empolvado y suave, una fragancia que susurra íntimamente. Aparentemente olía muy bien en mí, porque alguien una vez me escribió un poema inspirado en eso (el único poema que me han escrito). Este año he sentido que ya estaba lista para reencontrarme con Sotto Voce y ver si sería soportable para los dos volver a estar juntos.
Nunca deja de sorprenderme lo poderosos que son los recuerdos olfativos. Al olerlo por primera vez después de diez años me sentí como si "alguien me golpera la barriga y me dejara sin respiración por un momento". Pero luego, la avalancha de asociaciones que me atravesó al oler las notas de salida suavemente especiadas y florales, pasó milagrosamente y no me condujo a un final trágico, como un tsunami emocional. Volvía a estar... en casa.
El cremoso corazón de nardo, ylang ylang y ligeramente amargo girasol era tan encantador, cálido y suave como recordaba. Como antes, el sándalo y la vainilla se mezclaban con delicadas flores para crear un efecto que no era ni muy amaderado ni muy floral, haciendo de Sotto Voce una esencia que huye de las definiciones y categorías... una esencia escurridiza y siempre presente, tranquila, un aura de calidez, una tierna y sensual fragancia de piel. Era increíblemente reconfortante llevarla otra vez, como volver a unos cariñosos brazos después de una separación larga e innecesaria.
Sin embargo, hasta el momento sólo se pueden establecer paralelismos entre el perfume y la vida. Se puede volver a un perfume. ¿Se puede también volver a casa?
Sotto Voce está disponible algunas veces en Ebay por precios bastante ridículos.
(Colombina, Perfume-Smellin'Things, 23 de marzo de 2008)
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