Mi experiencia personal con la rinoplastia
Me llamo Tamara , actualmente tengo 40 años y llevo operada de rinoplastia cinco. En primer lugar quiero aclarar que siempre quise someterme a esta intervención, pero las dudas, los miedos, la falta de información y el hecho de no haber conocido a nadie que hubiese pasado por ello, hicieron qué tardáis tanto tiempo en decidirme. Hoy en día tenemos las redes sociales que nos pueden ayudar a saber de verdad cómo se vive una experiencia así en primera persona por eso hoy y siempre compartiré mi experiencia. Supongo que habrá muchas opiniones y muchos casos, pero si con mi caso personal puedo ayudar a las personas que como yo han estado años indecisas me alegraré mucho de hacerlo. Lo primero que hay que tener en cuenta es que acudir a un buen profesional que no tenga ninguna crítica negativa es primordial. Yo misma busque hasta la saciedad un cirujano que no tuviese ningún comentario negativo, lo cual es difícil porque cada persona es un mundo y hay que tener muy claro lo que de verdad se espera de una intervención así. Tras años y meses de búsqueda di con el Dr Ramón Calderón Nájera. En el momento en que le vi supe que era la persona indicada y trás una primera cita, todavía con miedo y no muy convencida quise volver para terminar de decidirme, ya que nunca había conocido un caso real para verlo en persona. El trato que me dió, la confianza y su experiencia me hizo decidirme, tuve la sensación de que nada podía salir mal, y en el caso de que algo no llegase a funcionar, sabía que fuese lo que fuese podría arreglarse. Me decidí a primeros de diciembre. Tras los análisis pertinentes ya no había marcha atrás. Sabía los riesgos, pero las garantías de que todo saliese bien me hizo estar tranquila. Es muy importante no estar sola, ya que tanto mi familia como mi pareja me decían que era una locura entrar al quirófano por gusto. Y aquí fue donde encontré un equipo de personas aparte del Doctor, que estaban conmigo antes durante y después de todo el proceso. Todo fueron facilidades para mí, ya no había marcha a atrás, estaba sentada en mi habitación pensando que a partir de ese día todo cambiaría. Entiendo que la gente que no tiene un complejo visible, que puede ocultar con facilidad, no llegue a entender lo que una persona siente cuando su complejo está a la vista siempre, y por mucho que la gente te diga que no está mal, tú eres quien vive con ello día y noche. El preoperatorio fue muy bien, seguí todas las indicaciones al pie de la letra. Cuando llegue al quirófano el Doctor Calderón me dio tanta tranquilidad que solo recuerdo su sonrisa la de su equipo que estaban todos solo pendiente de mí y recuerdo despertar feliz. Al principio era raro, mi cara estaba hinchada con una escayola y los ojos amoratados. Pero me llamo mucho la atención que ya mirándome de perfil era lo que yo siempre había querido. El postoperatorio no fue tan terrible como yo pensaba. No podía creer que teniendo los ojos morados y una escayola en medio de mi cara inflamada no me produjese ningún dolor. Era mi mayor temor y no me dolía nada. Mira muy incómodo respirar únicamente por la boca, pero si llego a saber que eso era lo único qué puede ser un poco molesto lo hubiese hecho muchos años atrás sin pensármelo dos veces. No tenía muy claro cómo iba a quedar, si me iba a reconocer, si la gente se iba a dar cuenta o si yo misma me iba a arrepentir algún día. llegó el día en que me quitaron los tapones habían pasado 3 días, la sensación fue rara pero no fue nada dolorosa seguía con la escayola una semana más estaba deseando ver el resultado. Durante esos días tú ve al doctor Calderón y a su equipo llamándome y preguntándome en todo momento como estaba y si necesitaba algo. Cuando tomas una decisión tan importante que solo te incumbe a ti porque es tu cuerpo y tu vida agradeces tener personas que en todo momento te ayudan y aunque tus personas más cercanas en su día no estuviesen de acuerdo con tu decisión, te das cuenta que después se alegran cuando te ven tan feliz. Llegó el día de quitar la escayola, que por cierto ya se había desinflamado tanto la nariz que la escayola me sobraba por todos los lados. Cuando me retiraron los puntos tampoco me dolió. Lo primero que recuerdo es mirarme al espejo y directamente ponerme de perfil, de frente, del otro perfil...... Todo lo que siempre había odiado había desaparecido. No sabía si reírme o llorar de alegría. Cuando volví la vista el doctor y su equipo estaban expectantes, me preguntaron.... cómo te ves? Te gusta? Es lo que esperabas? En ese momento pensé que había estado mucho tiempo infeliz y que debería haberlo hecho antes. Pero no tenía referencias, no tenía ningún tipo de ayuda, nadie me apoyaba y para mí era un mundo. Desde ese día soy mucho más feliz, no quiero pecar de engreída o vanidosa. Solamente las personas que tenemos este tipo de complejos entendemos lo que sentimos y más a día de hoy, que continuamente te están echando fotos en las que solo tú ves tus defectos. Qué defectos tenemos todos y nadie es perfecto, pero si realmente te has planteado hacerte una intervención de cirugía estética por qué no eres feliz contigo y con tu físico, no deberías de ser infeliz y como yo me puse en buenas manos, todas las que sufrir algún problema de este tipo,os animaría a por lo menos intentar solucionarlo. Yo tengo mi álbum de todo el proceso y no me importa compartir mi experiencia. Igual que yo ahora soy feliz, quiero que todas aquellas personas que están planteándose una cirugía y no saben a dónde acudir, puedan contactar conmigo para que vean un caso real y sin ningún tipo de interés. Podéis ver mi álbum si queréis o poneros en contacto conmigo para que os cuente más detalles. No os lo penséis más porque vuestra felicidad la tenéis al alcance. Espero que mi experiencia os haya servido.
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